Campe: divinidad ctónica (del Inframundo)
En el principio Campe era un monstruo híbrido (dos seres en uno), en la mitad superior tenía el cuerpo de una hermosa mujer joven y la parte inferior era de una serpiente marina y estaba cubierto de escamas.
Era una hermosa mujer y Cronos se enamoró de ella y quiso seducirla, Campe lo evadía siempre, por lo que Cronos la amenazó con convertirla en un horrible monstruo, esto hizo que Campe urdiera un plan y Cronos aceptó y cuando se le acercó, Campe lo mordió causándole una herida, los pedazos de la piel cayeron al mar y se formaron las islas griegas.
Cronos se enfureció y la convirtió en un horrible monstruo, su cuerpo se transformó en dragón y le brotaron serpientes y en el vientre le salieron varias cabezas de diferentes bestias, en la espalda le brotaron alas gigantescas de murciélago y en sus hombros aparecieron escorpiones que se movían buscando a quién morder, su cabellera era un enjambre de serpientes, al verse así Campe se horrorizó y se escondió en los confines más oscuros del Tártaro; Cronos se había revelado a su padre Urano y le encargó cuidar los confines de los infiernos, donde estaba el Tártaro a donde había encerrado a los Cíclopes y a sus hermanos los Centimanos o Hecatónquiros.
Su furia era letal, nadie osaba molestarla, fue odiada por todos los gigantes.
Zeus la mató, lanzándole un rayo a la garganta y así pudo liberar a los Cíclopes y a sus hermanos los Hecatónquiros, para que lo ayudaran en su lucha contra los Titanes que lideraba Cronos.
Cronos se enfureció y la convirtió en un horrible monstruo, su cuerpo se transformó en dragón y le brotaron serpientes y en el vientre le salieron varias cabezas de diferentes bestias, en la espalda le brotaron alas gigantescas de murciélago y en sus hombros aparecieron escorpiones que se movían buscando a quién morder, su cabellera era un enjambre de serpientes, al verse así Campe se horrorizó y se escondió en los confines más oscuros del Tártaro; Cronos se había revelado a su padre Urano y le encargó cuidar los confines de los infiernos, donde estaba el Tártaro a donde había encerrado a los Cíclopes y a sus hermanos los Centimanos o Hecatónquiros.
Su furia era letal, nadie osaba molestarla, fue odiada por todos los gigantes.
Zeus la mató, lanzándole un rayo a la garganta y así pudo liberar a los Cíclopes y a sus hermanos los Hecatónquiros, para que lo ayudaran en su lucha contra los Titanes que lideraba Cronos.
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