Grifo
El Grifo era un monstruo híbrido, la mitad superior y delantera era de águila, con plumas dorada, pico y garras poderosas, la parte inferior y trasera tenía cuerpo de león, con patas y cola musculosas, pelaje dorado y orejas puntiagudas.
Era 8 veces más grande que un león, podía levantar a un caballo con su jinete o un par de bueyes, cogiendo uno con cada garra, con las que se fabricaban copas para beber vino y con sus costilla fuertes arcos para lanzar flechas.
Apolo, dios del Sol, fue a buscar grifos al Asia y regreso a Grecia montado sobre el más grande y fuerte de los grifos.
Los grifos custodiaban los tesoros de Apolo para que los Arimaspos no se robaran los tesoros; los Arimaspos eran un pueblo escita que tenían un solo ojo y robaban todo lo que era de oro; los grifos también custodiaban los Cráteres de Vino de Dionisio.
Ponían sus nidos en las montañas de donde extraían oro, de ahí la costumbre de encargar el cuidado de los tesoros a los grifos.
Alejandro Magno puso arneses a 8 grifos y los sujeto a una cesta desde donde los guio para volar hasta los cielos.
Estaban dotados de los sentidos más importantes la vista del águila y el olfato del león.
Cazaban en grupo, a las manadas, ocasionando tal matanza, no dejaban una sola viva.
Ponían sus nidos en las montañas de donde extraían oro, de ahí la costumbre de encargar el cuidado de los tesoros a los grifos.
Alejandro Magno puso arneses a 8 grifos y los sujeto a una cesta desde donde los guio para volar hasta los cielos.
Estaban dotados de los sentidos más importantes la vista del águila y el olfato del león.
Cazaban en grupo, a las manadas, ocasionando tal matanza, no dejaban una sola viva.
