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lunes, 18 de noviembre de 2024

La planta sagrada de los celtas: muérdago

  La planta sagrada de los celtas: muérdago

La planta sagrada de los celtas

La encina es un árbol divino y sagrado, adorado por los Celtas, los Druidas, sacerdotes celtas, los buscaban y de preferencia los más antiguos y si en sus troncos y ramas había el muérdago, esa planta parásita a la que le atribuían poderes mágicos y curativos.     

Cultura celtaEl muérdago es una planta que vive parásita de muchos arboles, pero la que crece sobre la encina eran para los celtas y especialmente para los sacerdotes Druidas mágicas y creían que tenia propiedades curativas para todas las enfermedades, hasta las más graves, era la panacea para todos los males, el remedio universal.
Si una encina estaba cubierta del muérdago lo consideraban un regalos enviado por los dioses y lo recogían en el sexto día de la luna, que era el comienzo de sus meses, años y siglos.
Su poder mágico se sustenta por que no era del cielo ni de la tierra, ya que sus raíces nunca tocan la Tierra, pero tampoco se sostienen por si solas.


De ahí la costumbre de recogerlo con cuidado de que no caiga al suelo por no contaminarlo y de colgarlos bajo el techo. 
Los Druidas (sacerdotes de los Celtas) consideraban sagrado todo lo que crecía en las encinas y también los consideraban sagrado al muérdago, lo tenían como el semen del dios que fertilizaba la tierra y era cosechado con un haz dorado, cuya forma de media luna le rinde tributo y con su color dorado también rinde tributo y saluda al sol.
Como crece sin tocar en suelo, se cree que el muérdago es un símbolo de la reencarnación y fuente de la sabiduría.
Para la recolección del Muérdago daba lugar a una ceremonia interesante, la que fue descrita el historiador romano Plinio el viejo en su libro de Historia natural.
Si sobre la encina crece el muérdago, era la más importante para los Druidas.
El muérdago es una planta que vive parásita de muchos árboles, pero la que crece sobre la encina era para los celtas y especialmente para los sacerdotes Druidas los muérdagos de la encina eran mágicas y creían que tenia propiedades curativas para todas las enfermedades, hasta las más graves.
Su poder mágico se sustenta por que no era del cielo ni de la tierra, ya que sus raíces nunca tocan la Tierra, pero tampoco se sostienen por si solas.
De ahí la costumbre de recogerlo con cuidado de que no caiga al suelo por no contaminarlo y de colgarlos bajo el techo.
Los Druidas (sacerdotes de los Celtas) consideraban como sagrado todo lo que crecía en las encinas.
Al muérdago lo tenían como el semen del dios que fertilizaba la tierra y era cosechado con un haz dorado, cuya forma de media luna le rinde tributo y con su color dorado también rinde tributo y saluda al sol.
Como crece sin tocar en suelo, se cree que el muérdago es un símbolo de la reencarnación y fuente de la sabiduría.

domingo, 17 de noviembre de 2024

Celtas en Iberia

 Celtas en Iberia

Cultura Celta


Los celtas llegaron hacia el 1200 a. C. a Europa y entre el 900 al 400 a C. a la Península Ibérica y compartieron el territorio con los iberos.
Loa Celtas adoraban a los bosques, fuentes y en espacial a la ENCINA. Los druidas (sacerdotes celtas) donde se realizaban los ritos o donde se debatían asuntos importantes de la tribu, lo llamaron “Kaërquez”, que significa árbol hermoso y si la encina era el árbol sagrado, el muérdago, la planta parásita que crece sobre la encina era considerada como la piedra filosofal ya que en el muérdago encontraban remedio para prácticamente todo, la utilizaban tantos en ritos mágicos como en medicina.

Los Celtas llegaron a Europa  y ocuparon varias áreas, entra ellas la Península Ibérica, donde encontraron el árbol que llamaron Kaerquez, que en el idioma celta quiere decir "árbol hermoso", dicho nombre traducido al latín es Quercus, nombre que utilizaron los Romanos para llamar así al árbol hermoso de los Celtas.

Los sefes y cempsos pueblos celtas se encontraban en el sudoeste de la península en el siglo V según cuenta Herodoto

- Bebrices o Beribraces residentes en el península y sur de Francia

- Los Urdenfelder invaden Iberia en el 900 a. de C. y se asientan en Aragón, en los pueblos de la montañas catalanas

- Por el siglo VI a. de C. otra invasión celta pasa a la Rioja y Soria

- La tercera invasión toma el Tajo portugués y en España llegan a Extremadura, Andalucía, Huelva, Sevilla y Málaga

- Los Cimbrios dieron nombre a Cembricum (Cádiz) y Eburones a Eburra (Evora) Portugal.

- En una cuarta invasión llegan los turonis, nemetatis, boios, santonis, y nemetatis, bituriges y volcos invaden León, Asturias y Galicia, también Portugal.