Ave Fénix; pájaro de Fuego
Hay varias versiones sobre el mítico Ave Fénix.
Los griegos la llamaron Hoenicoperus, también la llamaron Phoenicoperus.En Grecia es mencionada por Hesiódo en el siglo VII a. de C. y afirmaba que "el Fénix vivía 9 veces mas que un cuervo"; después por Herodoto en s. V a. de C. en su obra los Nueve Libros de Historia.
El Fénix cuando cuando ve llegar la muerte construye un nido en lo alto de un árbol, con ramas de roble y lo cubre con canela, nardos y mirra, luego se acomoda y entonando la más sublime melodía que hace que el carro del dios del sol Helios se detenga para escucharla, luego se enciende y las llamas lo devoran hasta quedar en cenizas, a los tres días nace un nuevo Fénix grande y fuerte, después llevaba el nido en su pico hasta la ciudad de Heliópolis y lo dejaba en la puerta del Tempo del Sol.
Provenía de Egipto era del tamaño de un águila y las plumas de sus alas, eran de color rojo, amarillo y anaranjado brillante (dorado), pico y garras mus fuertes, vivía unos 500 años; al renacer acumulaba todo el saber obtenido desde sus inicios, originando un nuevo ciclo, eran únicos en su especie,
Otra versión dice que el Ave Fénix cuando sabía que iba a morir, ponía un solo huevo que empollaba en tres días y ese día se quemaba en llamas por completo hasta quedar reducido a cenizas y del huevo resurgía la misma Ave Fénix.
En otra versión el Ave Fénix cuando se sentía viejo se acomodaba en un nido que había preparado y esperaba que los rayos del sol lo incineraban y salían humo de todos los colores, renacía y cogía entre sus garra el cuerpo incinerado y lo llevaba hasta la ciudad de Heliópolis y lo dejaba en el Templo del Sol
También la ubican en el norte de África y sobre todo en el Egipto antiguo, donde era la más importante de las aves sagradas y representaba la inmortalidad, la esperanza y la continuidad de la vida después de la muerte, también representaba al sol que muere todos los días y vuelve a renacer al día siguiente con la misma fuerza y se le asocia a las crecidas del río Nilo, los egipcios construyeron un templo al sol en Heliópolis, sitio al que acudía el Ave Fénix cada 500 años para resurgir a la nueva vida.
Esta fabulosa ave habitaba en Arabia cerca a un pozo de agua, donde se bañaba todos los días, entonando bellísimas melodías, que hacían que el dios sol detuviera su carro para escuchar con gran deleite.
