Ceo, dios de la sabiduría

Ceo, uno de los 12 Titanes

Ceo, gigante, hijo de Urano (cielo) y Gea (tierra).

Representaba la inteligencia y la adivinación por las estrellas, el eje norte del cielo, por el cual giraban las estrellas, por el que recibió el nombre de polo, era uno de sus epítetos y era la voz de su padre Urano en la adivinación. Ceo con Febe, su hermana, son padres de Leto y Asteria.
Ceo y Febe fueron considerados dioses proféticos, siendo Ceo la voz profética de su padre Urano y Febe de su madre Gea.
Los dos representaban las dos ramas de la clarividencia, Ceo y su hijo Apolo presiden el poder profético de la luz y el cielo, mientras que Febe y su hija Hecate lo hacen con la noche, la obscuridad y los espíritus de los muertos.

Ceo fue derrotado junto con todos los Titanes, por Zeus durante la Titanomaquía, las batallas que duraron 10 años y enviados al Tartaro.
Ceo podría ser el dragón que Atenea lanzó al espacio durante las batallas de la Titanomaquía y lo convirtió en constelación, 

Metis

Metis, diosa de la prudencia, la sabiduría, los consejos, 

la intuición y la lealtad

Fue la primera esposa de Zeus, era una de las Titanides.
Huía de Zeus, se escondía, cambiaba de apariencia Zeus la perseguía, hasta que la encontró y se amaron.
Zeus consultó al oráculo de Gaia (la tierra) y le vaticinaron que tendría dos hijos, la primera una doncella con ojos de lechuza (Atenea), igual al padre en valentía y muy prudente en sus consejos y después un hijo que lo destronaría, así como el destronó a su padre Cronos y se convertiría en amo y señor del Olimpo. 

Zeus por precaución se tragó a Metis, con el tiempo Zeus, yendo por el lago Tritonis sintió un dolor, emitió tales gritos que lo escucharon los dioses y acudieron, Hermes llamó a Hefesto que con su hacha de oro golpeó con fuerza el cráneo de Zeus y de la herida salió una hermosa joven vistiendo armadura, yelmo y blandiendo un escudo y una lanza, era Atenea. 

Al engullir a Metis, Zeus se convirtió en el más sabio de todos los dioses y esa sabiduría Zeus se la trasmitió a Atenea, que en su armadura lucia representaciones de meteoros y fenómenos luminosos.